El primer paso para realizar una buena endodoncia es obtener un buen diagnóstico,
mediante la información que el propio paciente facilita respecto a los
síntomas que presenta; la exploración del diente, y
un completo estudio radiográfico.
Una vez diagnosticado, se procede a informar y
explicar al paciente sobre el procedimiento, el tiempo que puede conllevar, y
sobre todo, la importancia de poder salvar la pieza dental.
Ya programado, se lleva a cabo una técnica anestésica que gracias al uso de
las innovadoras agujas de calibre estrecho,
hacen casi imperceptible el pinchazo. Así, el paciente no sufrirá ninguna
dolencia durante el tratamiento, evitando que padezca ansiedad, ya
que la endodoncia es un proceso delicado y que
requiere de un periodo mínimo de tiempo de una hora para su correcta realización.
A
continuación se procede a la preparación del campo quirúrgico. Para ello, es
imprescindible el uso de diques de goma; su
labor es fundamental porque eliminan cualquier riesgo de que el paciente
pueda tragarse algún instrumento, evita que haya contaminación del
procedimiento con la saliva, impide que las sustancias desinfectantes pasen al interior de la boca, y finalmente, ayudan a
mantener la boca abierta, evitando que todo el esfuerzo muscular lo
realice el paciente.
El siguiente paso del procedimiento consiste
en la apertura del diente para
acceder al nervio (tejido pulpar), e iniciar
su eliminación mediante el uso de sustancias e instrumentos (limas). Posteriormente se realiza una medición de la longitud del diente, a través de
aparatos de última tecnología dental (localizador electrónico de ápices), para después
confirmarlo por medio de una radiografía y proceder a una limpieza
integra.
Se realiza la limpieza y ensanchamiento
de los conductos por medio de instrumentación rotatoria
mecanizada, usando motores propios para endodoncia calibrados específicamente para el uso
de limas elegidas cuidadosamente para cada caso individualizado.
Las sustancias utilizadas para limpiar la parte del tejido pulpar (parte orgánica) son: NaOCl (hipoclorito de sodio) en diferentes
concentraciones, y el EDTA al 16% que
limpia la parte inorgánica.
Para concluir con el procedimiento, se efectúa una
limpieza con una vibración ultrasónica, se seca
minuciosamente el conducto, y se rellena con un cemento sellador y gutapercha
termo plastificada, logrando así un sellado tridimensional del
conducto. Por último, se comprueba con una radiografía y se
procede a la restauración del diente mediante
un empaste o funda.
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