Como bien sabemos, la endodoncia
es un procedimiento que trata la parte interna del diente para mantener su funcionalidad y poderlo
conservar, tras haber sufrido un daño irreversible en la pulpa debido a caries
profunda, traumatismos o lesiones endoperiodontales (tras un tallado para la
colocación de fundas o prótesis).
Asegúrese de que el procedimiento
lo haga un especialista.
Aunque en salud nada es efectivo
al 100%, es menor el número de complicaciones y mayor el porcentaje de éxito, cuando el
procedimiento lo hace un profesional especializado en endodoncia.
La endodoncia es la mejor opción para salvar una pieza
dentaria. Existe un 10% de fracaso del tratamiento. Si es el caso, se
procedería a un retratamiento y si este fracasa, a una cirugía periapical. Como
último, si se debe recurrir a la extracción y colocación de implantes o
prótesis. Pero nunca un implante o una prótesis puede sustituir a un diente
natural. Se deben agotar todos los recursos.
Una vez se ha realizado el
procedimiento, es importante tener en cuenta:
- No masticar nada hasta que pase la sensación de adormecimiento, debida a la anestesia (2 a 3 horas), ya que al no tener sensibilidad en lengua y labios, es posible morderse sin darse cuenta.
- Tras la restauración del diente, se recomienda no masticar alimentos duros o pegajosos como chicles y extremar la higiene oral, utilizando siempre el hilo dental.
- Durante los días posteriores al tratamiento, es posible sentir molestias, más aún si había infección y dolor antes de realizar el procedimiento. Pero suelen responder rápidamente a los analgésicos. Y si se está tomando antibiótico, debe continuarlo según indicaciones del odontólogo, aunque no tenga dolor.
- Pasados unos meses, según valoración del endodoncista, colocar una funda o corona para proteger al diente de fracturas o cambios estéticos, especialmente en dientes posteriores.
Un diente endodonciado
correctamente y con una adecuada restauración, puede durar tanto como un diente
natural. El paciente debe mantener una buena higiene oral y realizar revisiones con el odontólogo al menos una vez al año.
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