La Endodoncia es un tratamiento odontológico que tiene como objetivo conservar una pieza dentaria. A pesar de que el 90% de los tratamientos endodónticos tiene una evolución favorable, existe aún un 10% de fracasos. El éxito del tratamiento se evalúa por:
- Signos y síntomas clínicos:
o Ausencia de dolor y
de sensibilidad a la palpación y percusión
o Desaparición de la inflamación
o Desaparición de la fístula o flemón (si lo había)
o Funcionalidad y permanencia del diente en el alvéolo, sin
presentar movilidad
- Evidencias radiológicas
o Reparación de la lesión ósea periapical
o Ausencia de área
inflamatoria
o Ausencia de ensanchamiento del ligamento periodontal
o Condensación y extensión óptima del sellado de conductos
Las causas del fracaso pueden ser variadas:
- Anatómicas
Por presencia
de morfologías complicadas de los
conductos radiculares y existencia de conductos accesorios o laterales, y
calcificaciones o reabsorciones que dificultan la limpieza y modelado de
los conductos.
- Bacteriológicas
La virulencia y
riqueza del nicho ecológico microbiano de los conductos, influye en el
pronóstico final. El Enterococus faecalis, actnomyces israelí y aracnia
propiónica, son especies bacterianas que colonizan la zona periapical.
- Diagnósticas
Por errores en el
momento de hacer las pruebas necesarias para un correcto diagnóstico
(vitalometría térmica y eléctrica, fistulografía, radiología, sondaje
periodontal, palpación, percusión, etc.), o no haber realizado un diagnóstico
diferencial con otras patologías similares (quistes, tumores, lesiones inflamatorias, etc.)
- Técnicas
Como apertura
insuficiente de las cámaras, no correcta localización de los conductos, errores
en la instrumentación, mala obturación (causa más frecuente), material
utilizado, fracturas, lesiones
traumáticas, etc.
traumáticas, etc.
Una vez finalizado el tratamiento, es recomendable
realizar una restauración final (fundas), para proteger más el diente
endodonciado, pero debe hacerse de forma correcta porque de no hacerlo bien,
terminará fracasando el tratamiento, aunque esté bien realizado.
Es necesario seguir controlando al paciente durante los 6, 12, 18 y 24 meses posteriores
al tratamiento. En algunos casos es necesario hacer un retratamiento cuando persisten
los síntomas, no desaparece la enfermedad periapical, se aprecia una obturación
radicular deficiente, hay fractura de instrumentos durante el procedimiento,
etc.
La ventaja de la endodoncia, es que es un tratamiento que
tiene otras opciones en caso de no dar los resultados deseados. Si no funciona,
se realiza un re-tratamiento. Y si este
aún no da los resultados óptimos, se opta por la cirugía periapical, siendo la
última opción para salvar la pieza dentaria.
Se debe tener en cuenta que todo procedimiento tiene un
riesgo de fracaso, pero se minimiza cuando es realizado por un especialista.
Por ello, hay que tener en cuenta que las endodoncias las debe realizar un
endodoncista.
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