
Actualmente se aprecia mayor
tendencia a extraer dientes (que podrían salvarse con una endodoncia), y
sustituirlos por implantes; ya que el coste es superior y genera más beneficios
para una clínica. Se ve que es más importante realizar procedimientos costosos
y rentables, que ofrecer tratamientos conservadores, restauradores e incluso mucho más económicos a los
pacientes.
Una endodoncia puede tardar entre 1 y 2 horas, mientras que un
Implante se puede colocar en unos 10 minutos. El coste del implante puede ser
tres veces superior al de la endodoncia. Es por ello que en muchas clínicas se
ofrece como única opción la colocación de implantes, sin darle prioridad a la salud y calidad de vida de los pacientes.
Cuando un paciente acude a una
clínica debe estar atento a lo que se le está ofreciendo. No siempre lo “más
moderno” es la mejor opción. Siempre se
debe intentar conservar nuestras piezas dentales y cuando no hay otra
alternativa, sí pensar en los implantes.
La European Society of Endodontology (ESE), recomienda que los
pacientes exijan información completa
sobre las ventajas y desventajas de elegir uno u otro procedimiento.
Los implantes, son una buena alternativa para reponer piezas dentales ausentes. Nunca deben tomarse como primera
opción habiendo la posibilidad de salvar el diente mediante la endodoncia.
Tiene generalmente buenos resultados tanto estéticos como funcionales.
Según la Sociedad Española de
Periodoncia y Osteointegración ( SEPA), en un boletín emitido en el 2014, un
28% de los pacientes con implantes
sufren periimplantitis. Es un tratamiento mucho más costoso, requiere de
varios pasos, revisiones y cuidados
especiales, seguimiento y mantenimiento, mayor riesgo de infección, suele
presentar fracaso en pacientes fumadores si no llevan los cuidados necesarios,
y no siempre se asegura su supervivencia.
La endodoncia, es un
procedimiento que se lleva a cabo cuando la pulpa del diente se infecta por una
caries no tratada o un traumatismo en los dientes. Nos permite conservar
nuestra propia raíz sin presentar complicaciones a nivel del hueso. Son
tratamientos más económicos y que se realizan en una solo sesión, requiere de menos
revisiones y presenta menos complicaciones. Si fracasa el tratamiento se puede
retratar de nuevo. El diente natural tiene el
ligamento periodontal, que nos
permite sentir la presión a masticar y morder, mientras que un implante no la
tiene y cuando se llevan, puede sentirse molestias al realizar dicha función.
Un tratamiento de endodoncia
realizado correctamente por un endodoncista y manteniendo el paciente una buena
higiene oral, puede garantizar una larga vida al diente.
Los dos procedimientos se
realizan bajo anestesia, que garantizan no sentir dolor alguno.
En conclusión: NUNCA UN IMPLANTE
ES MEJOR QUE UN DIENTE NATURAL. Siempre
se debe tratar de conservar lo natural y cuando no hay otra opción sí recurrir
a ellos.
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