Todos
queremos tener una sonrisa blanca y radiante,
ya que es una buena carta de presentación. En estos tiempos, ya sabemos
que todo lo relacionado con la estética es posible, aunque siempre hay que
tener en cuenta que lo importante es la salud y no debemos ponerla en
riesgo por procedimientos mal realizados o que no se ajustan a nuestro
propio caso.
Los dientes con el tiempo se van oscureciendo debido a
que el esmalte se hace más poroso por el ataque
ácido de los alimentos y la dentina más densa, y sobre todo, debido a nuestros hábitos
alimenticios y costumbres como el tabaquismo.
Existen productos blanqueadores que se consiguen
fácilmente en las farmacias. Pero estos productos, aparte de ser costosos,
no son lo suficientemente efectivos, ya que las concentraciones químicas
empleadas son muy bajas (0,5%). Recientemente ha salido al mercado un
producto con una concentración altísima (35%), que es altamente tóxica
y puede causar daños irreversibles a nivel de
encía y mucosa bucal.
Los blanqueadores que utilizamos en la clínica dental, están compuestos de peróxido de hidrógeno (componente de agua
oxigenada) o peróxido de carbamida (peróxido
de hidrógeno y urea), que incorporan Nitrato de Potasio el
cual disminuye la sensibilidad dental.
Según estudios recientes, se ha demostrado que el peróxido de hidrógeno en concentraciones de 5,5 o
6,5 %, son más efectivas que el gel de carbamida, que se usa a
concentraciones del 16%; aunque pueden ocasionar más sensibilidad dental e irritación de encías,
molestias que desaparecen al dejar de usar el producto.
Los dos
compuestos penetran el esmalte, la dentina y la pulpa.
El uso prolongado de ellos, puede causar cambios irreversibles a nivel
pulpar. Por todo esto, es muy importante que el odontólogo sea
quien valore cada caso y decida qué producto es más aconsejable para el
paciente, y qué método sea el mejor para él.
Lo más
eficaz es un tratamiento mixto donde una parte del proceso se realice en la clínica dental y otra en casa. En la clínica dental se aplica el producto blanqueante, que activa y acelera más el agente blanqueador mediante una lámpara
LED, permitiendo blanquear la dentina.
Esto se hace en dos o tres sesiones, según el caso, y durante
aproximadamente 20 minutos. Luego en casa mediante el uso de una férulas
con producto, se colocan dos o tres noches para dormir o unas horas al
día, según cada caso. Pasados unos meses se vuelven a usar las férulas para mantenimiento del color.
Otra modalidad es el
tratamiento domiciliario, que consiste en que se realiza todo en casa. Se
entrega al paciente las férulas y el producto y se indica cómo, cuándo y
cuánto tiempo lo debe usar.
Como he
mencionado, puede causar sensibilidad dental que
desaparece a las 72 horas aproximadamente, por lo cual en personas que ya
de por si la sufren, no sería aconsejable. Hay que evitar bebidas de color
como vino, colas, te, café, etc. Y sobre todo el tabaco, ya que la
nicotina deja depósitos en los dientes que
hacen que se oscurezcan.
Mientras
se tenga la boca sana (sin caries y heridas en mucosa o encías) cualquier persona
puede utilizarlo. Es efectivo sobretodo en dientes que se han amarilleado por
el paso del tiempo. Pero en casos de pacientes con tinciones grisáceas o
anaranjadas, debidas a medicamentos (como la tetraciclina), no son
efectivos y en estos casos habría que recurrir a carillas, fundas o coronas.
Es importante la higiene y
el tipo de bebidas y alimentos que se consuman, para un resultado y
posterior mantenimiento del tratamiento. Se debe reforzar al año.
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